La importancia de leer antes de firmar

La importancia de leer antes de firmar

¿Cuántas veces te han dicho ¨no firmes antes de leer¨?… Un notario habla de la importancia de leer antes de firmar y aquí te lo contamos.

Firma de contratos
Firma de contratos

La importancia de leer antes de firmar es algo de lo que se ha hablado toda la vida. Seguro muchas veces te lo han dicho como consejo. Desde Advans Asesores hoy queremos reforzarlo. Para cualquier tema, sin excepción: no firmes nada sin haber leído. Como tus asesores de confianza estamos para darte estos consejos útiles para que los tengas presentes y evites toda la complejidad que implica firmar contratos o documentos sin ser plenamente conscientes del contenido.

Francisco Rosales, notario de Alcalá de Guadaira, en Sevilla, ha publicado un artículo titulado ¨No firmes nada que no entiendas¨ en El País, con consejos para manejar tus temas legales que podrían ser muy útiles, y a continuación lo compartimos:

  1. No firmes nada que no entiendas. Es una estupidez, si tu no lo entiendes, alguien lo entenderá, todo lo que se pone en una escritura es importante, tiene su por qué y su para qué. El notario tiene el deber y el placer de informarte de todo lo que contiene la escritura y tu no entiendas, pero además no te cobrará más por ello; es absurdo no preguntar todo lo que no se entienda. Hay que comentar nuestros problemas y necesidades con el notario, así conocerá dichos problemas y necesidades, así nos podrá asesorar mejor, e informarnos según nuestras necesidades.
  2. Las prisas no son buenas consejeras. Ir con prisas a una notaría puede hacer que no actuemos reflexivamente, y nada positivo obtendremos por ello. Al notario le da igual que estés en su despacho todo el día, a fin de cuentas él también lo estará, pues es su trabajo y su obligación; no tengas en ningún momento la sensación de que tu presencia es incómoda. El notario seguirá en la notaría después de la firma, tu presencia no es molesta; y si te indican que llevas demasiado tiempo en la notaría (cosa que dudo), simplemente niégate a firmar y sal disparado de ahí (pues te estarán tratando como un cliente, y preocupándose por tu dinero; no como a un ciudadano, preocupándose por tu problema). Eso sí, debes entender que hay más personas como tú, todas merecen su tiempo y atención, y el notario no puede atender a todos al mismo tiempo. Pretender entender cosas complejas en cinco minutos o media hora es prácticamente imposible, es una buena idea que acudas unos días antes de la firma a preguntar (así tendrás más tiempo para reflexionar); sin embargo, lo hagas o no, el día de la firma tomate el tiempo que creas necesario para acertar en tus decisiones.
  3. No preguntes al vecino. Simplemente, porque no tiene ni idea. Para ser notario hace falta estudiar una carrera universitaria y unas oposiciones muy difíciles ¿no será que eso prueba que no es tan fácil y que la notaría es algo más que ir a “echar una firmita”?. El notario, ni es mejor ni peor que nadie, incluso ni sabe más derecho que otros juristas, pero el que sí que no sabe derecho es el vecino, y en el mundo del derecho, como en la vida, no hay dos casos iguales. En todo caso piensa, si el vecino se equivoca, lo pagaréis los dos, pero las equivocaciones del notario las paga él, quizá por eso el notario no te va a decir lo que quieres oír, pero siempre te dirá lo que debes de escuchar.
  4. Acude a cualquier Notario menos al que te recomiende el banco. Fundamentalmente porque el banco no mira por tus intereses sino por el suyo. Eres libre de acudir al Notario que más te guste y que más confianza te ofrezca, o el que mejor se adapte a tus necesidades. Todos los Notarios ofrecen los mismos servicios, y sus honorarios son iguales, pues están regulados por arancel; pero no todos se adaptan por igual a ti. Tú necesitas tu servicio y no todos los servicios se prestan de la misma manera. De camino, te recomiendo que si quieres preguntar, pregunta por los honorarios; sin embargo, por encima de todo piensa y pondera qué servicio te van a dar, céntrate y preocúpate por ese servicio; pues los notarios actúan en régimen de competencia, pero esta tiene lugar más en lo profesional que en lo económico (recuerda que lo importante no es lo que cuesta el documento, sino los problemas que resuelve). En este mismo sentido, recuerda que muchas veces una misma cosa se puede hacer de dos maneras, pero con distintas consecuencias, así que mejor que preguntar por la forma más barata de conseguir algo, pregunta por dichas consecuencias (a la larga lo agradecerás).
  5. Si haces un poder, limítalo en el tiempo. No es bueno tener confianza ciega en nadie, por lo que es muy conveniente limitar lo máximo posible las facultades que concedemos al apoderado, dado que los poderes los carga el diablo. No existe la confianza infinita, por lo que limitar el poder en el tiempo, sólo producirá la necesidad de otorgar un nuevo poder cuyo coste (poco más de 60 euros) es muy inferior a las consecuencias que tiene dejar que alguien indefinidamente pueda actuar en nombre nuestro. Pide una copia simple del poder y consérvala, así será muchísimo más fácil la revocación, y en cualquier momento podrás comprobar si has dado o no demasiadas facultades al apoderado.
  6. Si vas a casarte, haz capitulaciones matrimoniales. Primero porque la sociedad de gananciales no tiene mucho sentido en la sociedad actual, pero aunque no fuera así, porque las capitulaciones matrimoniales son algo más que el régimen económico del matrimonio.
  7. Haz testamento. Lo hagas o no lo hagas, acabará muriéndote, y sin embargo los tuyos te lo agradecerán (especialmente tu cónyuge). El coste rara veces supera los 40 euros y el número de problemas que evita, así como las incomodidades que dejan de padecer quienes te quieren, compensa ese gasto.
  8. Haz un poder preventivo. El poder preventivo es más importante incluso que el testamento, y nuevamente estamos hablando de un documento muy económico. Piensa que con el testamento resolvemos los problemas ajenos cuando faltemos nosotros, pero con el poder preventivo estamos anticipando y resolviendo nuestros propios problemas.
  9. Medita bien si debes o no poner los bienes a nombre de tus hijos. En primer lugar, porque el amor que tiene un padre por sus hijos no es el mismo que estos tienen por aquellos, y eso de repartir la herencia en vida, no siempre es recomendable. En segundo lugar porque los hijos, acaban saliendo de casa, y si se casan acaban siendo “los hijos y sus circunstancias”, y esas circunstancias no tienen por qué querernos. En caso de divorcio, puedes ver que la casa que con tanto esfuerzo conseguiste para tu hijo ó hija, puede que sea disfrutada por otra persona que ha podido hacerle mucho daño a quien tú quieres.
  10. Si quieres ayudar a tus hijos haz una donación, pero no los afiances. Con la donación sabes exactamente que pierdes, pero con la fianza puedes perderlo todo, y además perjudicar a otros hijos mucho más de lo que imaginas
  11. Si tienes una empresa, constituye una Sociedad Limitada. Responder con todo tu patrimonio de tu actividad es una temeridad, que no sólo te perjudica a ti, sino a tu familia, y tus acreedores no tienen por qué tener compasión. Además si organizas bien la sociedad, puedes usarla para ir dando entrada poco a poco a tu familia en la empresa.

Fuente: El País.

Esperamos que estos consejos te sean útiles. Si tienes cualquier otra duda, recuerda que cuentas con nuestro equipo de asesores expertos para apoyarte en tus gestiones y trámites, desde: tributación y contabilidad; laboral, jurídico y mercantil; ayudas y subvenciones; apoyo jurídico y recobros.. tanto para empresas como para autónomos.

Contáctanos y te ayudamos con todos esos temas.