Aunque a veces suene inalcanzable, emprender es posible. Os dejamos algunos consejos para ser un empresario exitoso.
Tener un negocio propio es el sueño de muchos. Cualquier persona que comience un negocio (sin importar su tamaño) y asuma parte o la totalidad del riesgo de ese negocio es un empresario. Es una gran responsabilidad, pero, la mayoría de las veces, tiene grandes ventajas.
La mayoría de empresarios que tiene problemas económicos es porque se lanzan a la aventura de emprender sin una adecuada planificación, ni tener controlados los temas laborales, jurídicos, tributarios y contables. Si ya estáis decididos y dispuestos a crear una nueva empresa, podemos apoyaros aquí.
Existen distintos tipos de empresarios. Esperamos que todos podáis sacar partido de algunos consejos que hemos recopilado para ser más exitosos en lo personal y lo profesional:
- Reducir los gastos y/o controlarlos. Cuando los ingresos propios son también los de la empresa conviene tenerlos separados y, sobre todo, evitar hacer grandes desembolsos de golpe.
- Aumentar los ingresos: Reducir solo los gastos no bastará porque muchas veces no podemos controlarlos al 100%. No hay que dejar de gastar, para que la empresa crezca, hay que trazar planes concretos para ganar más. Hay que transformar la cadena productiva promoviendo la abundancia. Contar con ingresos excedentes, así implique mayor esfuerzo, es clave para conseguir ahorrar, invertir en otras cosas y hacer un patrimonio sólido.
- Tomar decisiones oportunas: cuando la situación financiera del negocio no es estable, está claro que no se tomaron las decisiones adecuadas en el pasado. No se puede seguir igual. Si seguimos haciendo lo mismo, no se podrán cambiar las cosas. Tras una análisis rápido hay que actuar: pedir apoyo, inversionistas, trabajar con gente nueva, etc. Bill Gates recomienda siempre actuar pronto cuando se tiene una buena idea.
- Pensar en grande: cuando la situación está difícil, actuamos por necesidad; mucho mejor actuar por gusto, estableciendo metas y objetivos claros. Para ello hay que pensar en grandes proyectos que motiven y fomenten un ambiente positivo y de grandeza.
- Aprender siempre: nunca lo sabremos todo. Ser siempre aprendices nos garantiza un ánimo humilde y abierto a nuevas lecciones. Para lograrlo, hay que mantener una actitud abierta a los cambios y nuevas ideas y tendencias. Aprender de todo: computación, nuevas tecnologías, sistemas, idiomas… todo puede ser útil para el negocio.
- Visión clara: un buen empresario tiene siempre una visión bien definida de lo que quiere para su negocio a corto, mediano y largo plazo, sin miedo a soñar. Tener metas es la única forma de crecer. Un buen líder está siempre mirando al futuro, motivando a sus empleados y haciendo lo necesario para que el negocio llegue a donde espera.
- Flexibilidad: para asumir papeles diferentes dentro del negocio y adaptarse a nuevas situaciones y un contexto cambiante, como el actual. Toda empresa depende de factores externos como el mercado, la clientela y la economía. Los dueños de negocios deben poder aprovechar esas oportunidades e identificar las tendencias.
- Persistencia: para no desesperarse cuando las cosas no van como se espera y no darse por vencidos. Sacar adelante una empresa no es tarea fácil y requiere de fortaleza física y mental para subsistir.
- Iniciativa: nunca debe perderse esa habilidad para enfocarse en los pasos para llegar a las metas trazadas. Un empresario debe estar auto-motivado a diario.
- Responsabilidad y disciplina: para cumplir con los compromisos con socios y proveedores, y empleados. Del mismo modo, el empresario debe hacerse responsable por cumplir a cabalidad con el marco jurídico, mercantil, fiscal y contable. Estos valores inspiran una confianza clave para el equipo de trabajo y posibles inversores.
- Planificación estratégica: un buen empresario debe ir siempre un paso más adelante; tener claros los planes para los próximos doce meses del año y algunas metas para más adelante, en concordancia con la visión. Hay que incluir aquí planificación financiera que trascienda los intereses del negocio e incluya: lo que se hará con las ganancias, futuras inversiones, aumentos de salarios y prestaciones, programas de incentivos que puedan motivar a los empleados.
- Paciencia: mucha paciencia y dar tiempo para que el negocio crezca. Invertir en un negocio implica múltiples riesgos, es clave revisar constantemente los planes y corregir el rumbo tantas veces como sea necesario.
- Aprender de los errores: todo error es una enseñanza. Un empresario debe evitar cometer los mismos y aplicar lo aprendido con los empleados. Los dueños de negocios exitosos deben enfocarse en que el fracaso no existe. Aún si la empresa va mal, la experiencia de vida lo vale, nunca deberá considerarse un fracaso.
- No perder de vista a la competencia: para poder diferenciarse cada vez mejor. Siempre hay que garantizar el mejor servicio, dar más de lo esperado, y más de lo que ya ofrecen otros. Encontrar un lugar en el mercado es muy importante.
- Experiencia: cuando un empresario ha trabajado en el campo de su negocio antes de emprender, suele irle mejor. Es clave tener conocimiento sobre el sector, la categoría, la competencia y las cosas que se pueden o no hacer.
- Incomodidad: Ponernos cómodos y esperar que las cosas ocurran solas no es buena idea. Así como probablemente la empresa surgió de un escenario de incomodidad ante una situación o un empleo, ya teniendo el proyecto en marcha, es importante no conformarse. Muchos de los empresarios que prosperan son innovadores, introducen nuevas ideas constantemente y encuentran una manera única de hacer las cosas. Esto es lo que logra posicionar la empresa en el largo plazo. Donald Trump, Presidente de la Junta Directiva y Director Ejecutivo de Trump Organization, aconseja a los aspirantes a empresarios que eviten su zona de confort.
Para llevar adelante las gestiones laborales, jurídicas, contables y fiscales de la empresa, está Advans Asesores. Os invitamos a contactarnos y probar. Nosotros hacemos los trámites, mientras vosotros mejoráis como empresarios.
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